jueves, 10 de julio de 2008

Estos días he tenido el placer de dar taller al mejor grupo de niños de mi trayectoria, en bibliotecas , ferias del libro, el corte inglés, museos y algún colegio...pero ningún grupo como este. Por primera vez niños mezclados por edades de entre 3 y 12 años y sorprendentemente todos con un espíritu de equipo y una complicidad desbordantes.. Además de captar con sensibilidad las notas y el ritmo de Mozart lo disfrutaron desde el primer día exprimiendo cada minuto del taller, moviendo sus manos e interpretando con objetos cotidianos como un peine o una cuchara los yesos de sus piezas. Ojalá nunca deje de interesarles tanto Mozart como el arte y la creatividad, que era la primera lección del taller: la creatividad no tiene límites.
Quién pudiese volver a ser niño...

No hay comentarios: